Como todos sabemos, a partir de mañana vuelve la normalidad a nuestras vida: trabajo... colegio.... casa.... hasta los jubilados repiten curso y vuelven a sus obligaciones. Sí obligaciones o responsabilidades,... llevar a la guardería a sus nietos, o quedarse con ellos... e incluso y cada vez mas ser el sustento y apoyo de sus familias no solo con sus quehaceres sino con sus haberes (pensión) aunque estos sean cada vez más mínimos, pero sin los cuales la Familia (con mayúsculas) no llegaría a final de mes.
En estos momentos hay que reflexionar un poco e intentar dar una explicación plausible sobre el sentido de estas fiestas llamadas el "Espíritu de la Navidad".
Es de sentir general el que durante este lapso de tiempo que va desde aproximadamente mediados del mes de Diciembre hasta la primera semana de Enero, nos volvamos más solidarios con los más necesitados y demos de lo nuestro a aquellos que no pueden conseguir, no solo lo que ansían, sino los bienes de primera necesidad.
Los más altruistas pregonan que todas la necesidades de esta gente, cada vez más numerosa por desgracia, se solucionarían con que cada uno de nosotros diéramos una pequeña parte de lo nuestro y compartiéramos con todos lo que nos sobra.
Verdaderamente si hacemos un acto de generosidad veríamos y comprobaríamos que muchas de las cosas y bienes que atesoramos no son indispensables y podríamos pasar sin ellas. Y no digamos ya la duplicidad y "xxxxplicidad" (no sabría como denominarlas, tal vez multitud) de artilugios que poseemos. Me viene a la cabeza, por ejemplo, el número de televisores que tenemos en nuestra casa (más de uno casi seguro), el número de móviles (que parece que sin ellos se acaba el mundo...), la cantidad de ropa que tenemos en el armario y no nos ponemos casi, etc. etc.etc.
De verdad, mirad a vuestro alrededor y veréis que no estoy muy descaminado. Poniendo un término económico diría que tenemos superávit en nuestra balanza de bienes familiar.
¿Y cual es la solución?. Pues muy fácil, según esta teoría de Malthus, la solución es de lo más natural y repetitiva en el tiempo.... hambre, enfermedades, guerras.... Esto haría que la población volviera a unos números en los cuales los bienes no serían tan escasos.
Esta teoría yo la llamaría en vez de "malthusiana", teoría agorera (persona que anuncia con más o menos fundamentos males o desdichas). Pero hay quien piensa que se acerca bastante a la realidad de la Historia de nuestro mundo: hambre, pestes, guerras cíclicas, ...
Con lo que piensan que nuestra civilización se autoregula cuando ve indicios de crecimiento desmedido.
El hecho cierto es que pensemos en positivismo altruista o negativismo malthusiano, el número de necesitados es cada vez mayor.
Además yo añadiría, y en eso pensaba al iniciar la reflexión de "fin de fiesta", que los necesitados de bienes de supervivencia son cada vez mayores, pero no nos olvidemos de los necesitados de afecto. Tenemos una necesidad afectiva en clara ascendencia y crecimiento.
Está muy bien lo de ayudar al necesitado... pero ampliemos el concepto, necesitados de amor, cariño, compañía... Estamos en un mundo cada vez más carente de amistad verdadera, de amor, de sentirse útil....
Repito, no nos olvidemos en el fin de fiesta de dar cariño, amor.. y sobre todo compañía. En este período que nos ha tocado vivir impera la soledad y por tanto no sólo nos fijemos en las necesidades materiales sino también en las necesidades espirituales.
Hagamos un mundo más solidario en nuestra vida cotidiana y aunque hagamos poco, a algunas personas les parecerá mucho. El simple hecho de escuchar a alguien podrá hacer feliz a muchos.
¡No nos volvamos sordos y ciegos! ¡Alguien nos lo agradecerá!
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