viernes, 10 de febrero de 2017

Los límites. El Límite Social.

Recuerdo ya con nostalgia cuando en las clases de Matemáticas en los primeros cursos de Universidad estudiábamos todo lo relativo a los conceptos de límites, funciones, derivadas...

Comprendo que para los profanos y los estudiantes de "letras" estos conceptos son muy farragosos y difíciles de entender.

Haciendo un esfuerzo podríamos a llegar a comprender toda esta parafernalia de conceptos matemáticos, que si ahondáramos un poco veríamos que se utilizan mucho en la vida diaria, aunque lógicamente no nos llegamos a dar cuenta.

Llegados a este punto, que no se me asuste nadie. No. No voy a dar una clase de matemáticas, pero si voy a definir un poco más en lenguaje cotidiano lo que es un límite matemático. No va a ser fácil, pues traducir un concepto de ciencias exactas a lenguaje comprensible es ciertamente "problemático".

Esta unión de vocablos tienen su raíz etimológica en el latín y el griego.

Límite, viene del genitivo latín "limitis", que se traduciría como el borde o frontera de algo. Hasta dónde podríamos llegar en la realización de una tarea dentro de un espacio de tiempo.

Matemático, proviene del griego "mathema". Y se puede traducir como el estudio de un tema o asunto determinado mediante un razonamiento lógico.

Y a qué viene toda esta introducción se preguntará alguno.

Muy sencillo, estamos llegando a un punto en el que no tenemos límites en nuestro comportamiento. En todos los ámbitos, la frontera de lo bien hecho, de lo correcto, de lo moral y ético, está muy olvidado donde está la frontera de la consecuencia de nuestros actos. Nos hemos olvidado de cuál es el "límite social".

Recuerdo que a mis hijos en el colegio cuando hacían algo que no era correcto les decían sus profesores y educadores: ¡límite social! No era otra cosa que tratar de marcarles hasta dónde eran correctos y aceptables sus comportamientos ante cualquier hecho. Ellos ya sabían cual era el límite que no podían sobrepasar con sus actos. En definitiva se educaban en los valores aceptados por la sociedad y que tenían que estudiar y hacerlos propios.

Escuchando todas las tertulias radiofónicas y televisivas así como las lecturas de los innumerables espacios de opinión de los periódicos solo veo confrontación y enfrentamiento. Y no digamos nada si leemos los foros en los que todo parece muy democrático y moderno, pero que podemos llegar a ver hasta insultos, y todo basado en el anonimato.

Nadie se "corta un pelo". Las Redes sociales (Facebook, Twitter...) tampoco se escapan a la crítica.
Todos parece que tienen patente de corso para escribir lo que les dé la gana, sin tener un "límite" a sus opiniones. Opinar sí, pero tendremos que tener una frontera a los comentarios y no sobrepasar esa línea que lleva al insulto, al agravio y a la ofensa.

Estamos en "la era del todo vale".

No me reconozco en el grupo de esta sociedad tan democrática y liberal pero sin límites sociales en las que las injurias son pan de cada día.

Por cierto en Brasil existe un mal llamado deporte "vale tudo" (todo vale), en el que todas las artes marciales y deportes de contacto valen con la única excepción de morder y meter los dedos en los ojos.

En esta sociedad parece que nos gusta el "vale tudo" y nos entrenamos para ello.