Hay una palabra utilizada en las últimas semanas que me tiene equivocado. Me refiero al término "migrantes"., refiriéndose a estas personas que buscan una mejor vida y se trasladan desde su país de origen al Nuevo Mundo que se llamaba antes.
Tenemos una facilidad de etiquetarlo todo. Ya sean personas, o conductas. Y digo que me tiene equivocado porque si somos estrictos habría que llamar a estas personas inmigrantes. Desde el punto de vista de acogida, en nuestro caso nuestro país, inmigrante es el que llega frente al término emigrante que es el que se va.
No solo se utilizan estos vocablos para las personas, también para animales y plantas. Tenemos un ejemplo muy claro y muy reciente. Las medusas que nos visitan en nuestras costas se podrían llamar inmigrantes también, y con un común denominador, vienen a través del mar, como los últimos protagonistas, por la falta de solidaridad, y rescatados del barco Aquarius.
Como se puede ver no nos perdemos ni una. Inmigrantes, medusas, plantas invasoras, y hasta las, últimamente ya como de casa de toda la vida, las cotorras argentinas que se han asentado en todos los árboles y palmeras.
Pero centrémonos en las personas mal denominadas y etiquetadas para mi como refugiados. Son sencillamente personas que buscan amparo y nosotros tenemos que ser una sociedad de acogida de las mismas.
Cada vez hay más notoriedad en los medios informativos. En los periódicos se ha pasado de una simple nota a tener varias páginas e incluso portadas. Así mismo en las tertulias radiofónicas y televisivas el debate migratorio es desgraciadamente el punto estrella.
África... Oriente medio.... Asia.... Sudamérica...
Parece que el SUR se desplaza al NORTE.
Hay que analizar los motivos y pensar que este "problemón" nos afecta a todos y directamente. No podemos mirar a otro lado como si nada pasara.
Son muchas las causas que hacen que el numero de personas a acoger y beneficiarse de la protección internacional vaya de récord en récord (terrorismo, hambruna, guerras, persecuciones políticas,...). La cifra asusta. En el caso de los llamados refugiados estamos hablando de más de 25 millones en todo el mundo, y si además tenemos en cuenta los desplazamientos internos de cada país, nos vamos a los 68 millones personas.
Lo dicho, hay que quitarse el velo y mirar lo que está sucediendo. Es muy, pero que muy preocupante. Y como en todos los aspectos, hay distintas gradaciones de la falta de solidaridad internacional. Lo hemos podido comprobar como he dicho antes con el caso Aquarius.
También parece casualidad pero suelo acabar las entradas con las consecuencias de las políticas nefastas de la era del presidente Trump, en este caso sobre la inmigración irregular.
A los que entran en EEUU de forma ilegal en su territorio y les pillan con hijos, no sólo les meten en la cárcel a ellos, sino que como los menores no pueden meterlos con ellos, los separan de sus familiares y los recluyen en otros centros.
Es una vuelta de tuerca más... ya no se trata solo del famoso muro con Méjico.
Espero que mañana 20 de Junio, "Día Mundial de los Refugiados", no sea flor de un día sino toma de conciencia y de posicionamiento de todos, hacia una solidaridad sin etiquetas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario