sábado, 4 de junio de 2016

Reir por no llorar


Estamos en una sociedad en la que prima el "no sentimiento".

Somos humanos, sí, pero nos estamos convirtiendo en robots. Sólo hablamos sentidamente cuando nos afecta directamente. Y no me refiero a las declaraciones de amor tan controvertidas, pues hoy en día se declara muy poca gente, sino que no somos capaces de expresar nuestra opinión ante cuestiones que no nos afectan. Bueno, eso creemos nosotros, porque puede ser que dé un giro todo, y lo que en un principio pasa delante nuestro como un obús, en un futuro cercanísimo puede ser que dé en el centro de nuestra diana, léase vida cotidiana.

¿Dónde están las voces críticas ante tanto despropósito que pasa delante nuestro?

Hoy me voy a referir sólo a la epidemia del paro en nuestro País. Ya no se puede hablar de enfermedad de nuestro sistema económico. Es una verdadera epidemia en la que los trabajadores van cayendo como enfermos crónicos.

Para los que les gusta la verborrea podemos decir que el paro es una deficiencia de nuestro sistema económico laboral de forma no coyuntural, sino estructural. Menudas palabrejas.... hay que ser claro: el paro actual es consecuencia de una mala actuación en las políticas de creación de empleo.

Aquí a los únicos que se les da bola es a las noticias de corrupción, de cualquier signo -- que está muy bien -- , aunque la moda son los defraudadores y los ladrones.... ¡ah! que se me olvidaba, la palabra mágica "presuntos".

Y todo porque ya se ha acabado el fútbol. Bueno por poco tiempo. Tenemos a la vuelta de la esquina otra gran dosis con los partidos de la Eurocopa.

Sin desviarme del hilo conductor de esta entrada diré que me ha fastidiado y mucho la noticia de que el paro ha bajado en el último recuento de los 4 millones de parados (casi 5 millones si tenemos en cuenta la encuesta de población activa).

Ya está. Hechos los deberes. ¿cuatro millones?. Menudo récord. 

Casi todo han sido alabanzas. Ya no se hablará de esto hasta yo qué se. Otro "tiempo muerto" en términos de baloncesto.

Menos mal que alguna voz crítica en prensa se da cuenta y ya comenta que lo único que hemos hecho es, de cara al periodo estival y vacacional,  convertir a muchos universitarios en camareros. Y que conste que es un empleo muy digno, pero ¿qué pasará cuando los alemanes, ingleses, madrileños o vascos por citar a algunos se vayan a sus casitas cuando acaben su días de ocio?

Ya os lo digo yo... nada. ¿por qué? pues sencillamente porque ya tendremos otra vez antídoto (... fútbol ... ), y aquí paz y después gloria que diría alguno de mis ancestros.

A estas altura de mi comentario me doy cuenta que a lo mejor estoy equivocado. Hay un gran profundo sentimiento de indignación sí. 

Al jugador de fútbol Messi le están juzgando y a la gran mayoría de sus seguidores les preocupa no que "presuntamente" defrauden o no a las arcas de la Hacienda sino que por algún motivo no pueda jugar sus partidos de fútbol o que se vaya de este país a otro.

No. Sigo en mis trece. No somos expresivos de nuestras penurias.

Para que cunda el ejemplo, a ver si nos entrenamos por lo menos en las declaraciones de amor y expresamos más lo que nos afecta.

Os dejo un Soneto que describe a la perfección el sentimiento amoroso.

Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;

creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.

Habrá que leer más a Lope de Vega.


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